El paladar de Gombrowicz


Noviembre, 2008.

¿Cuánto hace que Witold Gombrowicz (Polonia, 1904 – Francia, 1969) escribió su célebre y celebrado ensayo “Contra la poesía”? Pues hace más de sesenta años, nos recuerda Germán García en el sitio de la Fundación Descartes. Buscando otra cosa, me encontré con ese dato. Del ‘47 es la conferencia con ese nombre y de 1951 el ensayo que retituló “Contra los poetas”. Recordé con qué dicha los narradores marginales celebraron al polaco, y especialmente esa conferencia. Hoy me resulta ingenua y pretenciosa (la provocación de Gombrowicz también hartaba a Pasolini, que también era un “contestatario”, si he de ampararme en alguna autoridad).
Este tipo de cosas escribía Gombrowicz:
“…cuando la poesía aparece mezclada con otros elementos, más crudos y prosaicos, por ejemplo en los dramas de Shakespeare, en las obras de Dostoievski, de Pascal, o, sencillamente en el crepúsculo cotidiano,tiemblo como cualquier mortal. Lo que difícilmente aguanta mi naturaleza es el extracto farmacéutico y depurado de la poesía que se llama ‘poesía pura’ y, sobre todo, cuando aparece versificada. Me cansa el canto monótono de esos versos, siempre elevado, me adormecen el ritmo y la rima, me extraña dentro del vocabulario poético cierta ‘pobreza dentro de la nobleza’ (rosas, amor, noche, lirios), y a veces sospecho que todo ese modo de expresión y todo el grupo social que a él se dedica padecen de algún defecto básico.
“¿Por qué no me gusta la poesía pura? Por las mismas razones por las cuales no me gusta el azúcar ‘puro’. El azúcar encanta cuando lo tomamos junto con el café, pero nadie se comería un plato de azúcar: sería ya demasiado.”
Lo escribió en 1947, cuando las vanguardias ya casi eran viejas. Toda esa poesía de la que habla estaba en extinción. Los poetas antes que él habían aprendido que la poesía “pura”, sin mezcla de historia, de anécdota, de escenario, de imágenes, de cosas concretas, de elementos narrativos y de personajes, era empalagosa. Tardó con su crítica Gombrowicz. Vallejo ya había escrito Trilce, Eliot, La tierra baldía y Girondo las postales de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía ( los tres libros son de 1922), se había publicado el Manifiesto Surrealista (1924), Raúl González Tuñón había viajado por el país y Europa hilvanando imágenes en largos versos lírico-descriptivos, Cesare Pavese, en 1936 había publicado Trabajar cansa, un libro de poesía escrita como relatos… El fragmento, la glosa, el simple enunciado, la enumeración, el prosaísmo grave o festivo eran procedimientos comunes en la poesía de todo el mundo occidental. ¿Dónde vivía Gombrowicz?

Jorge Aulicino
El Estante Maldito, blog de la revista Ñ

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